Tribuna económica
José Ignacio Castillo Manzano
España, el país de los sueldos reales congelados
Tribuna económica
España es la economía que más crece en estos Nuevos Felices Veinte, dentro de los países de la OCDE, pero, no todo son buenas noticias, ya que nuestros salarios reales, tras descontar la inflación, crecieron menos de un 3% en los últimos treinta años, entre 1994 y 2024, es decir, un 90% menos que la media de los 38 países que conforman este organismo, que estuvo cerca del 31%. Llama la atención la alta variabilidad, ya que bajaron en México y Japón, mientras que en las tres repúblicas bálticas subieron más de un 200%.
Para explicar esas diferencias debemos señalar la desindustrialización de la conocida como vieja Europa, sin que la economía digital y de plataformas haya penetrado con la misma fuerza que en Estados Unidos, Corea del Sur o los países bálticos antes citados. Y por vieja Europa nos referimos no solo a los que incluyó Donald Rumsfeld, porque no apoyaban la invasión de Irak, sino a la mayoría de los países europeos continentales que fueron romanizados.
Los países romanizados están entre los que menos han subido los salarios en términos reales en estas tres décadas. Mientras que en los países de la OCDE que los rodean subieron más que la media. Este principio se cumple en los cuatro puntos cardinales: oeste (islas británicas e Islandia), norte (escandinavos y bálticos), este (más allá del telón de acero) y sur, con Turquía e Israel. En resumen, vemos el dinamismo de la periferia frente al mayor estancamiento del corazón del antiguo imperio romano.
Tampoco ha ayudado nuestra creciente especialización turística. Es fácil ver que en los países turísticos los salarios han crecido menos, como en México o los Mediterráneos, desde Grecia a Portugal.
Pero también hay razones que podríamos llamar castizas, que nos ayudan a explicar nuestro peor comportamiento frente a otros países turísticos de la vieja Europa, como Portugal o Francia, donde crecieron los salarios reales siete y diez más veces más que en España. Entre ellas se debe destacar nuestra estructural baja productividad, junto a los efectos devastadores de la Gran Recesión, siendo la española casi la última economía en salir de la misma. Si a ello le sumamos nuestra inestabilidad política y territorial, pues tenemos un país que suele perder los mejores trenes del progreso, yendo sentado en el cómodo vagón turístico. En resumen, aprovechándonos de nuestra geografía y monumental historia, empezando por las ruinas que dejaron los romanos.
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