El granel sostiene las exportaciones de vino español, pero lastra la rentabilidad de las bodegas
Las ventas en el exterior se mantienen en torno a los 13 millones de hectolitros hasta agosto, pero pierden un 1,1 de su valor, hasta los 1.900 millones de euros
El consumo interno se mantiene estable dentro de la ligera tendencia a la baja de los últimos años
La Eurocámara propone un conjunto de medidas en apoyo al vino frente a la crisis del sector
El arranque de campaña del vino español esboza un escenario complejo, no exento de incertidumbres. De un lado, el sector salva, de momento, el impacto de los aranceles en Estados Unidos con un aumento en volumen de las exportaciones, no así en valor, que se resiente del aumento de las ventas a granel frente a la caída del envasado.
Frenar la deriva hacia el granel en las exportaciones es uno de los grandes desafíos del sector junto a la recuperación del consumo nacional, lejos de sus cifras récord pese a que mantiene cierta estabilidad en los últimos años, aunque con una ligera tendencia a la baja.
Según los últimos datos del sistema de información de mercados del sector vitivinícola (Infovi), las exportaciones en los dos primeros meses de la campaña 2025/2026 (agosto y septiembre) mantienen un crecimiento del 8,5%, hasta los 2,7 millones de hectolitros.
En agosto, los datos en poder de aduanas arrojaron un aumento similar (+8,1%), con un volumen de 1,3 millones de hectolitros, solo que acompañado entonces por una caída del valor del 1,7%, hasta los 191,5 millones de euros.
En el acumulado de los ocho primeros meses del año, la pérdida en valor se sitúa en el 1,1% respecto al mismo periodo del año anterior tras superar los 1.900 millones de euros, si bien el volumen exportado apenas baja un 0,1%, hasta los 13,1 millones de hectolitros.
Es decir, se mueve el mismo volumen pero se factura menos, desequilibrio que responde al aumento del granel (crece un 3,8% en volumen y un 6,5% en valor), que gana terreno frente a la bajada de los vinos envasados (pierden un 5,1% en volumen y un 2,9% en valor).
En el interanual hasta agosto, las exportaciones de vino español mantienen un ligero aumento en valor, del 0,3% hasta rozar los 2.956 millones de euros, aunque ceden un 2,5% en volumen, hasta los 19,3 millones de hectolitros.
Poco a poco se invierte la tendencia, que apunta ahora a un cierre del año con más volumen y menos valor, señal de la presión de los precios tras años de fuerte escalada.
Importaciones más caras
España también importa menos, pero paga más por el vino llegado de fuera. En concreto, en los ocho primeros meses del año, el vino importado baja un 11,1% en volumen, hasta los 520.198 hectolitros, aunque el gasto aumenta un 6,4%. El precio medio en este periodo se sitúa en 389 euros/hectolitro y se dispara cerca de un 20%.
La explicación también está en el granel, solo que a diferencia de las exportaciones, España importa productos de mayor valor, pero reduce en 84.200 hectolitros las entradas a granel. Solo en agosto, las importaciones se desplomaron un 45,6%, caída que se modera en valor hasta el 8%.
Consumo interno estancado
En el mercado interior, el vino español sigue estancado, aunque con una ligera tendencia a la baja, tras años de volatilidad marcada por la pandemia y la inflación. En concreto, la estimación de consumo cierra el interanual a septiembre en 9,53 millones de hectolitros, un 1,8% menos que en el mismo periodo del año anterior, lo que supone una pérdida de casi 175.000 hectolitros.
El consumo aparente -que mide la oferta de vino disponible en bodegas y almacenes frente frente a la demanda interna- retrocede un 2% respecto al interanual hasta marzo, que se situó en 9,73 millones de hectolitros, y cae un 3% en relación a los 9,83 millones de hectolitros del total acumulado móvil hasta mayo de 2024, el mejor dato interanual desde octubre de 2022, cuando según los datos del informe trimestral sobre el consumo publicado por la Interprofesional del Vino en España (OIVE) se alcanzaron por última vez los 10 millones de hectolitros.
Desde noviembre de 2022, sin embargo, el consumo se mantiene anclado en la banda de entre 9,5 y 9,9 millones de hectolitros, lejos del máximo histórico de 11,09 millones alcanzado en el interanual hasta febrero de 2020, en prepandemia.
El consumo estimado actual supera en más de 0,7 millones de hectolitros (+8,3%) la cifra de 8,8 millones de hectolitros registrada en el interanual de febrero de 2021, en plena crisis del covid 19.
Los vinos blancos concentran la caída de la estimación de consumo hasta septiembre de 2025, periodo en el que pierden un 7,6%, hasta situarse en 3,8 millones de hectolitros. Por contra, los tintos y rosados experimentan un tímido crecimiento del 2,5%, hasta alcanzar los 5,7 millones de hectolitros.
Se frena, por tanto, el cambio de preferencias del consumidor español hacia los vinos blancos que se venía apreciando en los últimos tiempos.
Existencias al límite
En el informe elaborado por la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) destaca igualmente el bajo nivel de existencias en poder de las bodegas, que a 30 de septiembre guardaban 53,64 millones de hectolitros de vino y mosto, un 1,1% menos que el año anterior. Se trata de la cifra más baja desde septiembre de 2018, lo que podría generar tensiones de abastecimiento en caso de cosecha escasa.
El descenso se concentra en las existencias de vino, que caen un 1,3% hasta los 47,5 millones de hectolitros, mientras que los 6,15 millones restantes son mosto sin concentrar, cantidad similar a la registrada hace un año.
Castilla-La Mancha, el gran almacén vitivinícola del país, concentra el 43% de las existencias con 23 millones de hectolitros, seguida de Cataluña (6,2 millones) y La Rioja (5 millones).
Destilación bajo mínimos
Otro dato llamativo es el desplome del vino destinado a destilería, principal vía de escape para dar salida a los excedentes que en los dos primeros meses de campaña se redujo un 85%, hasta apenas 24.591 hectolitros, dejándose en el camino 140.803 hectolitros respecto al año anterior. Esta caída vertiginosa contrasta con el aumento del 23% del vino destinado a vinagrería, que alcanzó los 43.139 hectolitros.
En total, apenas 67.730 hectolitros de vino fueron destinados a destilería y vinagrería en agosto y septiembre, un 66,2% menos que en la campaña anterior.
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