González Byass negocia un ajuste de plantilla y la venta de activos en plena crisis del sector
Presenta un ERE que afecta a 24 trabajadores dentro del plan de acción para reducir gastos frente a la caída de ventas y la inflación
La compañía bodeguera jerezana cierra su destilería en Tomelloso y estudia la venta de activos no estratégicos
González Byass, grupo bodeguero familiar con cerca de 200 años de historia, está inmerso en un proceso de reestructuración para hacer frente a los grandes desafíos que enfrenta el sector y adaptarse a la nueva realidad del mercado, en un contexto de incertidumbre marcado por las tensiones geopolíticas y arancelarias, así como por la caída del consumo mundial y de las ventas.
Dentro de las acciones puesta en marcha para reconducir su situación económica y financiera, la firma bodeguera jerezana ha presentado un ERE para el despido de 24 trabajadores, 19 de ellos en Jerez y otros cinco en sus oficinas en Madrid, que representan en torno al 2,5% de los aproximadamente mil empleados que integran la plantilla del grupo.
En paralelo, el plan de acción emprendido por la compañía para la reducción de gastos contempla la venta de activos no estratégicos, la mejora de los procesos operativos y la optimización del portfolio de productos.
La empresa alega causas económicas para justificar el expediente de regulación de empleo (ERE), para el que ya se ha iniciado el periodo de consultas y que afecta exclusivamente al personal de oficinas y al departamento comercial de las sociedades González Byass Servicios Corporativos y González Byass Distribución, no así a los trabajadores de producción acogidos al convenio de la Vid.
En concreto, González Byass esgrime factores económicos y productivos que afectan al sector del vino y spirits, entre los que destaca la caída del consumo de vinos en España y la crisis del brandy en Filipinas, uno de los principales mercados de la compañía, así como el impacto de las políticas arancelarias en la comercialización extrior, los tipos de interés de la deuda y el apalancamiento del sector.
La empresa tiene voluntad de alcanzar un acuerdo con los representantes de los trabajadores para que el número de salidas sea el menor posible dentro del periodo de negociación del despido colectivo ya en marcha, para lo que cuentan de plazo hasta el próximo 26 de octubre, indican fuentes de González Byass.
El proceso de reestructuración de las filiales de Servicios Corporativos y Distribución, que fueron segregadas de la matriz a principios de este siglo tras el anterior proceso de diversificación y expansión del negocio, se enmarca en el proyecto de optimización y eficiencia previsto en su plan estratégico para adaptar la estructura de la compañía a la nueva realidad del mercado y garantizar la competitividad a largo plazo.
Para reconducir la difícil situación financiera de la compañía, que según fuentes sindicales acumula un ratio de 7,5 veces deuda/Ebitda, y avanzar en la reducción de gastos, la empresa también prevé centralizar procesos para evitar duplicidades en Europa, unficar el área de atención al cliente, trasladar sus oficinas en Madrid, EE-UU y Reino Unido, recortar el presupuesto de marketing y congelar salarios, así como no repartir dividendos entre los accionistas.
"Todas estas medidas permitirán que González Byass ponga más foco en sus marcas prioritarias y en nuevas líneas comerciales y, con ello, en la aceleración de un camino de rentabilidad sostenible, para seguir creando valor y continuidad de una compañía familiar que forma parte del patrimonio vinícola español", indica González Byass en un comunicado.
Fin al periodo de expansión
Además del ajuste de la plantilla, González Byass estudia la venta de activos después de una etapa de fuerte expansión tanto orgánica como inorgánica.
Según fuentes del sector consultadas por El Conciso, entre las posibles desinversiones se encuentra el cese de actividad de Acoholeras Manchegas (Alcomasa), la destilería de González Byass en Tomelloso con más de 50 años de historia, en proceso de extinción previa recolocación de sus trabajadores en otros centros de la compañía. También se prevé la venta de dos viñas de la antigua Croft, propiedad del grupo, en la Denominación de Origen Jerez-Xérez-Sherry y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda.
Durante el periodo de expansión, González Byass realizó importantes adquisiciones en los últimos diez años para la compra de las bodegas Viñas del Vero (Somontano),Vilarnau (Penedés), Pazos de Lusco (Rías Baixas), Fournier (Ribera del Duero) y Veramonte (Chile) -que no termina de dar el resultado esperado-. También ha establecido joint ventures como Casa Pedro Domecq (México) y Bodega Las Copas (Jerez y La Mancha), coparticipada por Bodegas Fundador.
Del mismo modo, la compañía completó en 2019 su desembarco en Rueda con la inauguración de una bodega propia (Beronia) en la denominación de origen castellano-leonesa, mientras que en 2022 hizo lo propio con la nueva bodega de Beronia en Rioja.
Junto a estos dos proyectos, González Byass ha reforzado en los últimos años su apuesta por la sostenibilidad mediante importantes inversiones en descarbonización, ahorro energético, gestión de aguas y residuos en sus principales centros de producción. Estas acciones son parte de su estrategia de crecimiento sostenible, respaldada por el préstamo sindicato ‘verde’ de 86 millones de euros firmado recientemente con Caixabank, BBVA y Santander.
En este tiempo, la firma bodeguera ha consolidado la diversificación de su negocio con la creación de una filial dedicada exclusivamente al enoturismo, parcela en la que Bodegas Tío Pepe de Jerez destaca como una de las bodegas más visitadas de Europa, la apertura del hotel Tío Pepe, el primer 'Sherry Hotel', dentro de sus instalaciones bodegueras de Jerez y la organización de otras actividades de ocio como Tío Pepe Festival, Premio Ciudad de Jerez a la Promoción en 2019, que ofrece una amplia programación de conciertos en la época estival.
Pendientes de las cuentas
Aunque aún no se han hecho públicos los resultados económicos del último ejercicio fiscal, la compañía enfrenta las consecuencias de la caída de ventas de las marcas blancas de vinos de Jerez, el incremento de los costes por la presión inflacionista y el descenso del consumo en mercados claves, que también han llevado a los principales grupos bodegueros y multinacionales del sector de las bebidas a reorganizar sus estructuras, incluidos recortes de empleo.
En 2023, las cuentas ya reflejaron la pérdida de rentabilidad de la compañía,, expresada a través de la caída del 11% del Ebitda (desde los 28,1 millones de euros de 2022 a los 25,1 millones), a pesar de mantener una facturación elevada de 331 millones de euros (+3,8%), con unas ventas netas de 240 millones, similares a las del ejercicio anterior.
La amenaza de los aranceles
González Byass mantiene su vocación exportadora, actividad que representa más del 70% de su facturación y por la que seguirá apostando pese al ligero retroceso experimentado en 2023, que presumiblemente se verá engrosado por la incertidumbre previa y el impacto directo posterior a la guerra arancelaria desatada por la Administración Trump.
Precisamente, el grupo bodeguero tenía depositadas grandes esperanzas en Estados Unidos, donde ha reforzado su apuesta con el objetivo de consolidar su expansión con un aumento de la facturación tanto con la distribución de sus marcas propias como con la comercialización de vinos de terceros, para lo que ha cerrado distintos acuerdos en los últimos meses.
En el caso del brandy, que representó un 28% de las ventas totales del grupo en 2023 frente al 12% de los vinos de Jerez, con México y Asia como principales mercados también puede pasar factura a la compañía el gravamen impuesto por China a los brandies europeos en represalia a los aranceles a los coches eléctricos decretados por Bruselas.
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