Entra en vigor la zona de control de emisiones marítimas de azufre en el mar Mediterráneo

El Puerto de Algeciras celebra la aplicación de esta medida por ser igual para todos los países, en contraposición a la normativa ETS

El mantenimiento de barcos, una oportunidad de crecimiento para el Puerto de Algeciras

Tráfico marítimo en el Estrecho de Gibraltar / Erasmo Fenoy

Algeciras/El mar Mediterráneo se convierte desde este jueves, 1 de mayo, en una zona de control de emisiones (ECA) de óxido de azufre (SOx), de acuerdo a la normativa de la Organización Marítima Internacional (OMI), lo que obligará a los buques que circulen por este entorno a usar unos combustibles con menor concentración de este elemento, nunca superior al 0,1%.

La normativa de la OMI, aprobada en diciembre de 2022, se enmarca en el anexo sexto del convenio Marpol para reducir la contaminación de los buques. Consiste en el establecimiento de zonas marítimas en el mundo en las que se estipula un límite del 0,1% de azufre presente en los combustibles marítimos, siendo una de ellas el mar Mediterráneo, excluyéndola del margen de hasta el 0,5% permitido de forma global. Todo ello será controlado a través de inspecciones, lo que puede derivar en multas en caso de incumplimientos.

Ante la entrada en vigor en mayo de esta medida, las navieras deberán adquirir el combustible con 0,1% de azufre, más caro que el habitual de 0,5%, lo que provocará un incremento en los costes operativos en una zona que concentra cerca del 20% del comercio marítimo internacional, como es el Mediterráneo. Estas emisiones, no obstante, pueden ser salvadas con el uso de filtros que atrapen las moléculas de azufre, que podrían acabar en el mar, lo que hace que algunos actores del sector marítimo cuestiones su utilidad.

Esta aplicación difiere de otros modelos como el sistema de comercio de emisiones (ETS, por sus siglas en inglés) aplicado por la Unión Europea, en el que las compañías abonan el montante que les corresponda al llegar a puerto. Navieras como CMA CGM y Maersk ya han advertido a sus clientes de que les repercutirán el sobrecoste a través de un incremento en el precio de los portes.

La nueva zona estipulada por la OMI comprende todo el mar Mediterráneo, con sus límites en el cabo de Trafalgar y Tánger por el oeste, el mar Egeo por el noreste y el Canal de Suez por el sureste. En toda ella será obligatorio usar la concentración máxima de 0,1% de azufre en el combustible para poder pasar por alguno de sus puertos, al igual que sucede en otras regiones como el Caribe (zona estadounidense), mar del Norte, mar Báltico y el entorno de Norteamérica.

Algeciras, a favor

La constitución de la ECA en el Mediterráneo es recibida de forma positiva por el Puerto de Algeciras al tener un alcance mundial e igual para todos los países, en contraposición a la reglamentación europea de comercio de emisiones.

El Puerto de Algeciras entiende que será beneficioso para la seguridad marítima y el medio ambiente, sin generar "distorsiones de competencia" al aplicarse a todos los países por igual. "Las medidas deben ser globales y la OMI es el foro para debatir los gravámenes de emisiones", señalaba hace unas semanas a este periódico Gerardo Landaluce, presidente de la autoridad portuaria algecireña.

En el caso de Algeciras, la principal diferencia entre el convenio de la Organización Marítima Internacional y la ETS es que la primera recoge a todos los puertos del arco mediterráneo, incluidos los del norte de África y, especialmente, Tánger Med. La dársena marroquí queda fuera del marco europeo, lo que favorece que las navieras puedan desviar algunas rutas para reducir el pago de las tasas europeas por emisiones. Con la nueva zona de control de emisiones, todos los países quedan bajo un mismo paraguas.

"Las prisas lo que crean son distorsiones", apunta Gerardo Landaluce, una de las voces más críticas con el sistema ETS por su forma de aplicación, que recibió el rechazo de buena parte de los puertos del sur de Europa al entender que les dejaba en una posición de debilidad frente al norte de África.

En el caso de rutas de larga distancia, como aquellas que cruzan el Atlántico hasta, por ejemplo, Norteamérica, los buques podrán compartimentar sus tanques para utilizar el combustible habitual de 0,5% en áreas fuera de control, realizando el cambio pertinente al llegar al Mediterráneo u otros puntos regulados.

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