Alquileres

TRIBUNA ECONÓMICA

12 de junio 2025 - 05:05

A finales del pasado año el Banco de España presentaba un estudio sobre el mercado de los alquileres en España. En 2007 éramos el país europeo con mayor porcentaje de residentes en vivienda propia, donde los que vivían de alquiler no llegaban a los 5,5 millones. Dieciséis años después son 9 millones y España el país donde más ha crecido la proporción de arrendatarios.

La demanda de alquileres aumenta entre los más jóvenes con aspiraciones a independizarse de sus familias, cuando la movilidad laboral es elevada y entre las personas con menor nivel de renta, pero también cuando el precio de compra de una vivienda aumenta o se endurecen las condiciones de financiación. Los dos mercados, el de alquileres y compraventa, están tan estrechamente relacionados que las tensiones en uno de ellos se trasladan al otro de forma inmediata. En el escenario actual de reducción prolongada de tipos de interés, aumentan las hipotecas y las fugas hacia la compraventa, pero esto no termina de traducirse en menor presión en el mercado de los alquileres.

Según el Índice de Precios al Consumo (INE), los alquileres crecieron tres décimas durante el pasado mes de abril y 2,4% con respecto a ese mismo mes de 2024. Si acudimos a los principales portales inmobiliarios observamos crecimientos entre 1,5 y 2% en el mes de mayo y del entorno del 20% con respecto a un año antes. Aunque no lo parezca, no existe contradicción entre ambas fuentes, puesto que los portales informan de los precios de los nuevos alquileres y el INE de los contratos de arrendamiento que están activos, pero la diferencia es relevante en un doble sentido. Por un lado, acredita la efectividad de las medidas gubernamentales para limitar el crecimiento de los alquileres vigentes. Por otro, el desamparo en el que continúan los buscadores de alojamiento.

El problema está, según expertos, en la sobreprotección al arrendatario y al moroso en la nueva ley de vivienda y en la hostilidad hacia el inversor inmobiliario, es decir, al arrendador potencial, que provoca la huida de la oferta hacia mercados alternativos, especialmente al de la vivienda turística. A finales del pasado año había 368.295 viviendas turísticas en España, que representan el 1,38% de todas las censadas, de las que 82.195 estaban en Andalucía, el 1,76% del total. En Málaga el porcentaje se eleva hasta el 4,12%, el tercero más elevado tras Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife y después de superar a Baleares y Gerona en 2024.

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