Juan M. Marqués Perales
Yo no entiendo de vinos
Tribuna económica
La expectación por cuándo será y qué provocará la próxima recesión se incrementa a medida que el actual ciclo económico expansivo se alarga. Recordemos que, aunque España fue casi el último país desarrollado en salir de la Gran Recesión, países como Estados Unidos o Corea del Sur llevan ya casi 15 años de crecimiento, con el lógico paréntesis de la Covid-19. Por ello, no es de extrañar que surjan cada vez más economistas que profetizan sobre el advenimiento de la próxima crisis. Aunque, está vez los aspirantes a augures se centran más en las razones que la provocarán y soslayan el cuándo. Buen ejemplo de que la curva de la experiencia también funciona en la profesión de profeta económico, ya que los actuales han aprendido del fracaso de aquellos que predijeron la crisis de finales de 2022 y 2023.
La pléyade de académicos o profesionales que se han puesto a especular sobre dónde empezará la recesión asusta al más optimista. Desde Luis Garicano, pasando por Gita Gopinath, la Economista Jefe del FMI, o que decir de los responsables de las grandes gestoras de productos de inversión, como Marion Laboure de Deutsche Bank, Jamie Dimon de JPMorgan o David Solomon, de Goldman Sachs.
A estas alturas todos los análisis nos hablan de que el escenario inicial más verosímil sería un gran descarrilamiento financiero. La hipótesis más probable sería una gran corrección en el Nasdaq, especialmente entre las empresas más estrechamente relacionadas con la IA, que tendría que ser superior a la de 2022 de los MAMAA (Meta, Apple, Microsoft, Amazon y Alphabet), que llegaron a perder un 40% de media, es decir, sería similar a la crisis de las punto.com de 2001.
Aunque no se descartan otros orígenes, como el mercado de bonos del Tesoro estadounidense o problemas en el shadow banking, que arrastraran a la banca tradicional.
Lo cierto es que el incentivo para convertirse en el gurú que sea capaz de vislumbrar el próximo desastre económico no es despreciable. Desde poder decir el muy humano y desahogado “yo ya lo dije”, hasta alcanzar un reconocimiento similar al que obtuvieron los profetas de la Gran Recesión, como Nouriel Roubini o Peter Schiff. Por cierto, dos economistas que se encuentran entre los que se equivocaron en predecir la no-crisis de 2022-2023.
De hecho, cuidado con los profetas, ya que no hay constancia fehaciente de que haya habido ningún ser humano que fuera capaz de predecir dos crisis económicas diferentes.
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