El turismo no decae en Andalucía en julio y agosto pese a que los precios están en máximos históricos

Gestores hoteleros y asociaciones constatan que las reservas de última hora han mejorado las previsiones y que los visitantes internacionales compensan la contracción del mercado nacional

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Playa de San Cristobal de Almuñécar, Granada / Alba Feixas / Efe

Las cifras de récord absoluto del turismo en los últimos años (2023 y 2024) en un contexto de inflación de precios hacían pensar que en algún momento habría un freno, y en algunas voces del sector se había fijado el verano de 2025 como el momento para bajar un escalón. No va a ser así, al menos en la percepción de destacados actores andaluces.

Según la previsión de la Federación Andaluza de Hoteles y Alojamientos Turisticos (Fahat), en julio se ha producido un incremento en la ocupación del 1,69% en los establecimientos respecto a 2024, hasta el 78,73% y en agosto preveía un descenso del 1,26% (hasta el 79,07%), no muy significativo. Pero su secretario general, Rafael Barba, está convencido de que, debido a las reservas de última hora, no se va a dar esa bajada.

Y, en cualquier caso, tampoco ve “una tragedia” en un leve retroceso, ya que las cifras de las que se parte son de récord “y es muy difícil mejorarlas”. “No tengo claro cuando va a acabar esto -afirma- pero, mientras dure, carpe diem”, dice.

El hecho diferencial del verano de 2025: fuerte incremento de las reservas de última hora

La creciente tendencia a las reservas de última hora y por canales individuales (ajenos a las agencias) es creciente, y eso va a hacer que los hoteles en la costa superen el 85% de ocupación, que es un lleno técnico. En opinión de Gaspar Sáez, director Sur de España y Algarve en Barceló Hotel Group, con 25 hoteles en Andalucía, “esta es la principal novedad con respeto a años anteriores”, algo que corrobora Rocío Galán, directora de Operaciones en Andalucía de Meliá Hotels: “La antelación de compra es significativamente más baja que en temporadas anteriores”, dice, y añade que la reserva en el último momento se ha incrementado especialmente en la zona Torremolinos-Costa del Sol, con una subida del 10% respecto a 2024.

Menor pujanza del turismo nacional y mayor del internacional

Otro aspecto diferencial en relación a las temporadas anteriores es la menor pujanza del turismo nacional, especialmente en la costa malagueña, excepto en la capital. Se ha notado sobre todo en las viviendas turísticas, según afirma Álvaro Graciani, consultor especializado en este segmento. “Si no fuera por los extranjeros, ojo con como estaría la cosa; los españoles, después de la pandemia, veníamos más dispuestos a gastar, pero la subida de los precios turísticos nos ha hecho tomar conciencia para no derrochar, para ajustar más”, afirma.

Desde la Federación de Empresarios de Hostelería de Andalucía se afirma, en lo que se refiere al consumo en bares y restaurantes, que “las cifras de facturación de julio empezaron muy dubitativas, pero se han ido recuperando y ya el mes ha cerrado por encima del año pasado; los datos se han consolidado en agosto”. Fuentes de esta asociación resaltan que el mercado internacional “ha equilibrado la balanza”. Los récord de llegadas en julio al aeropuerto de Málaga y al de Sevilla así lo atestiguan.

En los hoteles también constatan ese descenso del turismo nacional y un incremento del foráneo, apoyado por el fuerte crecimiento del mercado norteamericano y del portugués, y por la estabilidad de la afluencia de británicos.

Precios en máximos históricos, pero con crecimientos moderados este verano respecto a 2024

El mantenimiento -e incluso mejoría leve- de los récords del año pasado se produce con precios impensables hace unos años y que han crecido muy por encima de la inflación. En 2024, subieron un 7,3% en julio y un 6,2% en agosto respecto al año anterior en Andalucía, y la tarifa media diaria por habitación se situó en 143 y 157 euros, respectivamente (en 2019 eran 107 y 121 euros). Desde el sector hotelero se afirma que los precios este año ya se están moderando en el entorno a la inflación y aseguran que, en cualquier caso, obedecen estrictamente a la demanda. “Hoy en día es una máquina (un modelo de inteligencia artificial) la que ajusta el precio en función de oferta y demanda, la meteorología y otros factores; la decisión empresarial no opera aquí”, asegura Rafael Barba.

Gaspar Sáez, de Barceló Hotel Group, afirma que el crecimiento de precios está siendo moderado, y que si en julio aumentaron en su cadena un 7% en agosto es solo del 2% por el momento. “Competimos con destinos emergentes, y eso hace que la demanda sea más sensible. Según el análisis semanal de Google Analytics, el interés por el destino ha caído un 20% en comparación con el año pasado”, asegura, en algo que se podría entender como una alerta para un ajuste de precios. De hecho, desde Fahat se afirma que el cliente todavía está dispuesto a pagar un precio alto por habitación, pero ya consume menos en el resto de servicios que ofrecen los hoteles, con caídas que oscilan entre el 6% y el 9,5%.

Los hoteles lo tienen claro: el cliente está dispuesto a pagar más si se le ofrece más

Meliá, Barceló y Senator Hotels & Resorts, otra de las cadenas consultadas para este reportaje, coinciden en que el cliente está dispuesto a pagar más si se le ofrece más. “El cliente sabe distinguir entre una subida de precios sin sentido y una propuesta que vincula calidad y producto a un precio sostenible”, asegura Miguel Reinoso, director comercial de la andaluza Senator, asegura que la cadena asume “costes históricos en personal, consumibles y energía, entre otros, pero no reduce servicios ni calidad”. Rocío Galán, de Meliá, constata que la demanda se mantiene sólida, “especialmente en establecimientos que ofrecen alto valor añadido; el cliente está dispuesto a invertir en estancias memorables y con un componente experiencial destacado”.

La incierta situación en Oriente Medio beneficia a Andalucía

La incierta situación geopolítica, además, beneficia a Andalucía, por la complicada situación en Oriente Medio. La comunidad y España en general se sigue viendo como “un destino seguro, con infraestructuras sólidas, buena asistencia sanitaria y un entorno de convivencia estable; cada vez más, viajar a un destino seguro se percibe como un auténtico lujo”, afirma Miguel Reinoso. La región ha resistido bien, además, frente al fuerte crecimiento del turismo en el norte del país en verano, alentado por unos precios teóricamente más bajos y una menor saturación.

El reto del sector, alargar la temporada turística

Ahora, tras, previsiblemente, mantener cifras de récord en julio y agosto, el reto es alargar la temporada alta en la costa incluso hasta noviembre. Ese es el modo de crecer, con un perfil de clientes distinto, menos familiar, con más mayores y grupos. En setiembre, según Fahat, se prevé un ascenso de la ocupación del 4,12%, hasta el 80,12%.

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