Pedro Marín, el ingeniero, empresario y romántico del aguardiente

Un inciso

Pedro Marín, ingeniero y empresario. / M. G.

25 de septiembre 2025 - 04:00

En 1936 funcionaban en Cazalla de la Sierra diecisiete fábricas de aguardiente según la última guía de la provincia elaborada justo antes del comienzo de la Guerra Civil. En épocas pretéritas llegaron a operar cincuenta, despues de que los vinos de Jerez y el Aljarafe desplazaran la exportación de los magníficos caldos de Cazalla y todo el sector se reconvirtiera a la fabricación de aguardiente.

Hoy solo queda una fábrica que asume íntegramente el proceso artesanal de elaboración del anís: la fábrica El Clavel en su sede histórica de la calle San Benito, en el enclave donde Felipe V trasladó su residencia (y la de la Corte) en el verano de 1730 para curar sus males. El Clavel se ha salvado gracias a un ingeniero industrial nacido en El Pedroso: Pedro Marín, presidente ejecutivo de Inerco, la multinacional sevillana con casi mil empleados, especializada en desarrollo industrial sostenible.

Marín es un caso muy singular que aúna los valores de la seriedad, la vocación, el inconformismo productivo y la ambición prudente, todas esas características de las que siempre está necesitada Andalucía. Consciente de que el Cazalla está en el imaginario colectivo de los españoles, dio un paso al frente en 2023. Se hizo con el 80% de la sociedad que elabora el aguardiente El Clavel. Dos socias se hicieron con el 20 por ciento restante a partes iguales. Desapareció entonces el riesgo de que la capital de la comarca de la Sierra Morena perdiera una firma fundada en 1896 y que en la práctica es la única que elabora 'in situ' el anís seco, el dulce y la exquisita y popular crema de guindas. Todo se hace en Cazalla. Se trata de una empresa que sigue usando la fórmula secreta que se emplea desde finales del siglo XIX, conocida como "esencia de ángel" en homenaje al fundador Ángel Lorenzo.

Marín, ingeniero industrial especializado en química, invierte talento y mucho amor en la causa. Está casado con una cazallera, tiene casa en el municipio y supervisa la actividad de la fábrica todo lo que le permite el ingente frente de tareas de la multinacional Inerco, que hace un año se decidió a comprar. Compromiso se llama.

Las guindas con las que se elabora la crema.

Pedro cuida la llegada de los cajones de guindas (que proceden de Salamanca), emplea el tiempo de vacaciones en poner al día las instalaciones de la fábrica (como la renovación de la gran cubeta donde se almacena el alcohol de melaza), conserva todo el material original que sea posible, desde el hermoso azulejo de la fachada a la referida fórmula secreta, la que da verdadera singularidad al producto, la que consigue ese potente sabor en boca con fuerza evocadora, porque a muchos recuerda a los olores de la infancia, de la Navidad, de las celebraciones familiares y de tantos momentos que jalonan la memoria más amable y blanca.

Los retos del futuro

Los números que se encontró en 2023 han sido la base para el comienzo de la aventura: dos trabajadores, 300.000 euros de facturación y una producción de 40.000 botellas. Ahora se trata de aumentar el número de empleados, crear riqueza en la localidad, crecer y, sobre todo, afrontar los retos de la comercialización y de la distribución. Las dos han de ser más potentes. Se trata de conseguir llegar a todos los clientes superando las dificultades de las comunicaciones, pues Cazalla no cuenta con autovía. Todo transporte se hace más complejo.

No son quizás los años del imperio del aguardiente, pero está comprobado que hay espacio más que suficiente para crecer en el mercado. La marca 'Cazalla' es conocida y reconocida. Hasta el papa Francisco aludió a ella en una ocasión durante el encuentro con periodistas en un vuelo.

Pedro Marín ha conocido numerosas anécdotas relacionadas con El Clavel en sus viajes por toda España. Hasta en Zaragoza hay una taberna donde se preparan los boquerones con anís El Clavel en lugar de emplearse vinagre. Por eso nunca ha dudado de que el negocio tiene un tirón basado en la autenticidad del producto. Y, por supuesto, en la hermosa localidad donde se elabora con criterios artesanales.

El anís seco, el anís dulce y la crema de guindas componen la tríada de El Clavel que se ofrece ya en determinados acontecimientos en versiones combinadas con tónica tradicional y cáscara de naranja. En Cazalla de la Sierra pedir 'una guinda' es esperar a que te sirvan directamente la marca El Clavel. Y conste que el producto estrella, el más vendido, es el anís dulce, aunque la fama y la belleza (ese rojo intenso...) sea de 'la guinda'.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último