Dcoop potencia su apuesta por la sostenibilidad mediante el sello Sustainably Grown

La cooperativa agroalimentaria se encuentra en la tercera fase de certificación para 34 aceites del grupo de la campaña 2025/26

Dcoop premia a sus mejores aceites sin olvidar el problema del agua en Andalucía

Un operario trabajando en la campaña de la aceituna. / M. H.

Dcoop, el mayor productor oleícola a nivel mundial con sede en Antequera (Málaga), refuerza su estrategia gracias a la renovación de la certificación Sustainably Grown. Son ya 26 las cooperativas de Dcoop que han certificado que sus aceites se producen de manera sostenible con el entorno, las personas y en términos de buena gobernanza, y son 34 las que se encuentran en fase de auditoría para adquirirla durante la campaña 2025/26, señala Esther Ontiveros, actual responsable de sostenibilidad en el grupo.

Uno de los grandes proyectos de la compañía es el de certificación de las producciones como sostenibles bajo el sello Sustainably Grown de SCS Global Services, objetivo que persiguen para todos los aceites que producen, declara Ontiveros. La consecución de esta meta comenzó con la adquisición de la primera certificación durante la campaña 2022/23. Y no solo descansa en el ámbito de la sostenibilidad medioambiental y social, sino también de buena gobernanza.

Así, se trata de la primera certificación que hacen en Europa desde SCS Global Services, incide. La puesta en marcha de esta iniciativa, aclara, vino impulsada de la mano de Pompeian, socio de la cooperativa en Estaos Unidos y primera marca de aceite de oliva estadounidense. "Estaba [Pompeian] demandando este tipo de certificaciones en sostenibilidad, nos empujó en este proceso", asevera.

No obstante, la responsable de sostenibilidad puntualiza que la certificación viene a demostrar el compromiso con esa transparencia que exige la certificación, al abrirles las puertas para que comprueben que "en efecto se están haciendo las cosas bien" y no tanto con la sostenibilidad de la producción del aceite en sus almazaras, que, considera, se produce "de manera sostenible de por sí", tanto por exigencias del mercado como de normativa.

Actualmente, se encuentran en la tercera fase de certificación para 34 cooperativas. "Estamos en proceso de auditoría", explican desde Dcoop. La semana pasada, concretamente el viernes, terminó la fase documental, en la que debían proporcionar todo aquello relativo a documentación: nóminas, contratos, formación, prevención, riesgos laborales, cuadernos de campo, biodiversidad, conservación del suelo, etc. Seguidamente, en la segunda quincena de noviembre, en pleno apogeo de la campaña, vendrá desde el otro lado del Atlántico una persona a visitar el campo y acreditar, o no, que lo argumentado en la fase documental se traduce realmente en prácticas sostenibles. A mediados de enero emitirán el informe y detectarán, en su caso, algunas no conformidades, puntos a mejorar o incumplimientos, y, finalmente, solicitarán un plan de acción para subsanar cualquier anomalía y adaptarse a la norma. Esther Ontiveros calcula que el proceso culminará en "cuatro o cinco meses".

"Es bastante complejo, porque son unas estructuras muy grandes: 65.000 agricultores que se comprometen a abrir sus puertas para que un equipo de fuera de Dcoop demuestre que están haciendo las cosas bien", manifiesta.

Incentivo sobre la liquidación

Esther Ontivera ha explicado a este diario que todo el aceite que se certifica tiene un incentivo sobre la liquidación. Así, reitera que el aceite certificado de producción sostenible tiene un incentivo, "ya se liquida por otros conceptos, a mayor calidad mayor liquidación, y ahora se añade un plus", afirma.

En cuanto a la inversión para la puesta en marcha, la responsable de sostenibilidad destaca: recursos humanos, consultoría y digitalización. De modo que, se han movilizado 35 personas a nivel de equipo interno para atender la extensa burocracia que requiere el proceso de auditoría. "Nos ha obligado a reforzar los equipos en cuanto a nivel de recursos humanos y hemos tenido que contratar servicios externos de consultoría ambiental", declara. También se han visto forzados a acelerar la digitalización de todos los procesos, si bien años atrás lo hacían de forma manual, la elevada burocracia "impulsa la implementación de un software de gestión de datos con todo digitalizado", añade.

Con respecto a costes sobre el precio final, Ontivera asegura que no se repercutirán sobre el producto que llega al consumidor, sino sobre la propia organización. "Antes de embarcarnos en esta aventura, siempre nos preguntábamos si cobrarlo más caro, con un precio equiparado a la producción ecológica, que tiene un sobrecoste", sin embargo, sostiene que en este caso no creen que se cargue sobre el producto. "Va más a la organización y la manera de producción que tiene Dcoop sobre su aceite". Así, recuerda que el objetivo es que todos terminen con esta certificación, por lo que no se puede repercutir como coste al usuario final, argumenta.

Cuatro proyectos en curso

Asimismo, la estrategia de mejora de la calidad del aceite para la campaña 2025-26 se articula en torno a cuatro grandes ejes de actuación. El proyecto Claridad tiene como objetivo facilitar a los técnicos y cooperativas el acceso a información visual, precisa y actualizada de sus datos analíticos que favorezca la toma de decisiones operativas y eficaces durante toda la campaña.

Por otro lado, el proyecto Impulso busca incrementar la calidad del aceite de oliva mediante formación, asistencia técnica personalizada y mejora del sistema de liquidación a los agricultores.

Paralelamente, el proyecto Cata Verde tiene como meta impulsar la excelencia en las catas internas de las cooperativas y optimizar el sistema de apoyo en campaña para lograr mejores resultados.

Por último, está el proyecto Almazara, cuyo objetivo descansa en fomentar el uso de los servicios de Suministros de Dcoop para garantizar la máxima limpieza y calidad en las cooperativas.

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